martes, julio 18, 2006

Activistas arriesgan sanciones


Evangelina Carrozzo, reina del Carnaval de Gualeguaychú (Argentina), dejó atónitos, en mayo pasado, a los líderes de la Cumbre de Viena. Se trató de una manifestación de Greenpeace contra las fábricas de celulosa que se construyen en Uruguay.


Extranjeros serían expulsados

* Celulosa Nueva Aldea se querella contra miembros de Greenpeace por burlar seguridad de la planta. Estos relataron a EL SUR cómo sortearon los controles.

Los activistas de Greenpeace que el miércoles bloquearon el acceso principal de la planta se enfrentan a duras sanciones, luego que la empresa decidiera presentar una querella y el gobierno, a través del ministro del Interior, Andrés Zaldívar, amenazara con la expulsión del territorio a los cinco extranjeros que participaron, aunque tres de ellos ya abandonaron voluntariamente el país.
Entre los manifestantes, cuatro se descolgaron con ganchos desde una caldera a 110 metros de altura para desplegar un lienzo que decía “Celco, basta de contaminar”.
Se trata de Flavio Carneiro (brasileño), Leonardo Silva (argentino) y los chilenos Rita González, estudiante de ingeniería en seguridad industrial (Santiago), y Miguel Castillo, ingeniero de marina mercante (Valparaíso).
Estos dos últimos relataron a EL SUR la forma en que ingresaron a la planta, burlando los controles de seguridad del complejo Nueva Aldea, y los riesgos que corrieron en su osada manifestación.

Polémica por activistas extranjeros contra celulosa

Acción de Greenpeace reveló falencias

* Tres brasileños y dos argentinos formaron parte de la manifestación que el miércoles bloqueó el acceso principal a la planta de celulosa.
* Nueva Aldea mostró fallas en la seguridad de sus instalaciones y el gobierno volvió a ser sorprendido por manifestantes de países vecinos.

La acción del miércoles y jueves pasado de Greenpeace en Nueva Aldea hizo quedar en falta a la empresa de celulosa y al gobierno. Pero curiosamente, no por razones medioambientales, ya que la planta todavía no ha comenzado a operar y mal podría haber producido alguna contaminación, sino por la facilidad con que un grupo de activistas extranjeros se introdujeron a esas instalaciones industriales -valoradas en US$ 800 millones- violando todos los sistemas de seguridad internos, subieron por una enorme estructura y se descolgaron con ganchos, para exhibir un lienzo con su leyenda.
El Complejo Nueva Aldea vuelve a quedar en una incómoda posición, luego que el año pasado varios trabajadores resultaran afectados por un accidente radiactivo -inédito hasta ahora en Chile- que significó el traslado a Francia de un joven trabajador irradiado, mientras los tribunales definen las responsabilidades.
La participación de los tres brasileños y dos argentinos en las protestas contra Celco motivó al ministro del Interior, Andrés Zaldívar, a solicitar un informe a la Policía de Investigaciones, que podría significar la expulsión de los dos extranjeros que hasta ayer permanecían en el país.
Zaldívar señaló que sus instrucciones son que sea expulsado del territorio nacional cualquier extranjero que haya entrado con visa de turista y que se involucre en cualquier acto que afecte el orden público.
Greenpeace desde Argentina, sin embargo, reaccionó con críticas a las autoridades chilenas por esta actitud. En Buenos Aires, Paula Brusman, coordinadora de la campaña contra la contaminación, quien organizó la manifestación de mayo pasado en la Cumbre Europa- Latinoamérica en Viena, calificó las expresiones del ministro Zaldívar como “una luz amarilla sobre la democracia en Chile”.
Señaló que estas manifestaciones son toleradas por los gobiernos democráticos y puso como ejemplo que la joven Evangelina Carrozzo, que lució un letrero frente a los jefes de Estado y de gobierno, no fue expulsada de Austria por ello.

Por parte de celulosa

Exhaustivo monitoreo del río Itata

La evaluación de la planta de celulosa Nueva Aldea ha sido hasta ahora el proceso ambiental más exhaustivo y estricto realizado en la región, asegura la empresa.
“Está científicamente demostrado que efluentes con la calidad y la tecnología de Nueva Aldea, una vez diluidos en el cuerpo receptor, no son tóxicos ni presentan amenaza a la salud de la población”, aseguró el subgerente de Asuntos Públicos del Complejo Nueva Aldea, Iván Chamorro.
La planta implementó en agosto de 2005 y en forma voluntaria, un completo estudio de la calidad del agua del río, a través de un monitoreo en 16 estaciones y 88 parámetros.
Esto permitirá comprobar que el río no sufre efectos negativos después de que empiece a operar, porque se podrá comparar la calidad antes y después.
La medición de la calidad del agua se hará desde el río Ñuble en San Fabián de Alico hasta la desembocadura del río Itata en el mar. En cada una de las estaciones se están analizado mensualmente 86 parámetros físicos, químicos y bacteriológicos. Científicos de la UdeC están encargados de obtener información sobre la calidad del ecosistema y diversidad acuática, asegurando aún más su cuidado, para tranquilidad de la comunidad.
También se estudian indicadores biológicos, tales como, presencia o ausencia de fitobentos, fitoplancton, zoobentos y peces, en 11 de dichas estaciones, desde la zona en que se está construyendo la bocatoma del proyecto hasta la desembocadura del río.
Además, se incluyen análisis de índices fisiológicos en peces y ensayos de toxicidad del agua del río, mediante un pequeño crustáceo llamado “Daphnia obtusa”, que posee una especial sensibilidad a sustancias tóxicas, alimentándose de algas microscópicas y sirviendo, a su vez, de alimento a los peces.

*EL SUR. Lunes 26 de junio de 2006.

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