sábado, julio 21, 2007

Duras críticas por proyecto de “megapasarela” en la Costanera


Diario EL SUR. Concepción, Chile, miércoles 11 de julio de 2007

Minvu anunció inversión de $600 millones
Seremi dice que proyecto no es incompatible con idea de soterrar la vía férrea. Por

Nello Rolleri V.

“Esto es una barbaridad, con todas sus letras. Se trata de una pasarela que viene a sepultar definitivamente el proyecto de soterramiento de la vía férrea que espera la ciudad”.
Así lo planteó ayer el arquitecto asesor de la Municipalidad de Concepción, Sergio Baeriswyl Rada, consultado respecto de la iniciativa presentada por el seremi de Vivienda para el sector de la Costanera.
Se trata de una pasarela de cerca de 90 metros de largo, para unir la Plaza Bicentenario con el Parque Central, específicamente en el sector donde se ubica el Monumento a los Detenidos Desaparecidos.
La pasarela, como indica el proyecto ingresado por el Minvu a Mideplán, se emplazará a la altura de la calle Central Oriente, entre O´Higgins y Barros Arana, y requerirá una inversión de $600 millones.
El seremi Carlos Arzola, en una reciente visita al sector de las obras de la Plaza Bicentenario, junto a representantes de la Cámara Chilena de la Construcción, anunció la decisión de construir esa pasarela, pese a que en forma simultánea el Minvu está llamando a una licitación para un estudio de factibilidad del soterramiento de la vía férrea, con un presupuesto cercano a los $180 millones.
Arzola aseguró, en esa oportunidad, que la pasarela no es incompatible con el soterramiento.
Para Baeriswyl “no tiene lógica” invertir $600 millones en una pasarela que después no tendrá “ninguna utilidad” , que por sus gigantescas dimensiones no será usada por la comunidad.
A modo de comparación, la pasarela peatonal que construyó el Mall Plaza Trébol en la autopista Concepción- Talcahuano costó poco más de $100 millones.
A juicio del arquitecto de la municipalidad penquista, este proyecto se contradice abiertamente con lo que ha expresado el gobierno, de que se hará el soterramiento de la vía férrea.
Se trata de un factor determinante para que los privados se interesen por comprar terrenos en el sector, considerando que todas las licitaciones Serviu por lotes tras la vía férrea han resultado desiertas.

Altura de tres pisos

De construirse esta “megapasarela”, debido al gálibo de 9 metros que exige ferrocarriles para estructuras sobre la vía férrea, la pasarela debería tener una altura superior a los 10 metros, es decir, se exigiría a la gente subir el equivalente a un edificio de tres pisos, señala Baeriswyl.
Para el arquitecto las escalas y estructuras anexas duplicarían los 90 metros que es necesario atravesar, por lo que en total la obra mediría cerca de 200 metros de largo, lo que calificó de una inversión “monstruosa” para algo que no tendrá uso.
Planteó que por una fracción de esa suma, $30 ó $40 millones, podría transformarse el actual paso peatonal de la estación Concepción del Biotrén en uno a nivel automatizado y más seguro.

Faltan definiciones

Consultado el arquitecto y académico Antonio Zelada, opinó que parece un poco apresurado decidir la construcción de una pasarela cuando no se sabe qué ocurrirá con la idea de soterrar la vía férrea.
Lo racional, dijo, es evaluar primero si es factible en términos económicos esta iniciativa.
Si eso no se descarta definitivamente, entonces se puede pensar en otra solución.
Para Zelada, además, es preocupante que se pretenda instalar esta pasarela, considerando que no hay una definición respecto de la futura Estación Central de Ferrocarriles de Concepción.
Lo ideal es que se construya en forma subterránea, como una estación de metro, lo que permite el tránsito peatonal. Si no, lo que corresponde en que se haga en la superficie.

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Concepción, Chile, jueves 12 de julio de 2007
Jacqueline van Rysselberghe

Alcaldesa liderará campaña contra “megapasarela”

Aunque proyecto no se ha presentado oficialmente, alcaldesa rechaza absolutamente la idea del Minvu.
Acusa que se pretende malgastar una cifra cercana a los $750 millones.

Por Nello Rolleri Veloso
nrolleri@diarioelsur.cl

La “megapasarela” que pretende levantar el Ministerio de Vivienda en la Costanera ya encontró a su enemiga pública número uno: la alcaldesa Jacqueline van Rysselberghe.
La jefa comunal manifestó su estupor y asombro cuando supo que el gobierno está próximo a llamar a un concurso por $150 millones para diseñar la estructura, y que hay otros $600 millones disponibles para su construcción.
Recordó que la Presidenta Michelle Bachelet se ha comprometido a avanzar en el proyecto de soterrar la vía férrea en la Costanera de Concepción, por lo que no se justifica construir una pasarela.
Afirmó que con $750 millones se podría construir una escuela o un consultorio, se podrían reparar todas la veredas del centro de Concepción o se podría terminar el bulevar Barros Arana hasta la Plaza España.
“Tenemos un millón de proyectos más importantes que eso. ¡No puede ser que los dineros públicos, que no son del gobierno, sino que de todos los chilenos, se malgasten de esa manera!”, exclamó. Emplazó a la intendenta María Soledad Tohá a revisar el proyecto y a considerar la opinión de la comunidad penquista, antes de tomar una decisión definitiva.
Aseguró que conversó el tema con la ministra de Vivienda, Patricia Poblete Bennett, pero se quedó con la impresión que la secretaria de Estado cree que los penquistas están pidiendo una pasarela sobre la vía férrea y que tiene el apoyo de los vecinos, gremios y colegios profesionales, lo que a su juicio no es cierto.
“Se ha dicho que este es un gobierno ciudadano; entonces yo pido que se escuche a la voz de la ciudadanía penquista. Y yo soy la alcaldesa, democráticamente elegida, su representante.
A mí nadie me ha designado en este cargo”.

Alternativas a nivel

El problema de la vía férrea en el sector de la Costanera es que EFE no acepta construir un paso a nivel entre la Plaza Bicentenario y el Parque Central, debido al riesgo que implica la operación del Biotrén.
La propuesta del arquitecto asesor del municipio, Sergio Baeriswyl, es construir un paso a nivel automatizado, con barreras con control eléctrico y la mejor tecnología disponible, lo que podría costar hasta $40 millones.
Por el contrario, la alternativa de la pasarela, que debido a la norma vigente obliga a incluir rampas para discapacitados, significa una estructura que debe sobrepasar los 9 metros del gálibo que exige EFE.
Considerando los 90 metros que hay entre las veredas de las avenidas Padre Hurtado y la futura Pascual Binimelis, la pasarela debería tener una extensión cercana a los 200 metros.
El riesgo de la operación ferroviaria y la altura, además de la conocida inseguridad de la Costanera, son otras interrogantes de la idea.

Intendenta evalúa el tema

A nivel gubernamental, pese a los requerimientos, el seremi de Vivienda Carlos Arzola no estuvo disponible para referirse al tema.
En el Minvu se indicó que emitiría una declaración a través de un comunicado de prensa, que tampoco se entregó durante el día.
En forma extraoficial se conoció que la intendenta María Soledad Tohá estaría evaluando el tema, solicitando informes de la “megapasarela”, antes de opinar y tomar una decisión al respecto.
El dilema de la autoridad regional es que la primera semana de agosto se hará entrega del edificio remodelado por el MOP -con una inversión cercana a los $5 mil millones- y se iniciará el traslado de las oficinas públicas, incluyendo las del Gobierno Regional.
La inauguración, con asistencia de la Presidenta Bachelet, se realizaría en septiembre, incluyendo la Plaza Bicentenario y el Memorial de los Detenidos Desaparecidos.
El problema es que este Parque Central aparece “cortado en dos” por la vía férrea, por ello que la solución más obvia es permitir su continuidad mediante una gran pasarela peatonal, para la cual ya hay recursos disponibles.

Arquitecto Waldo Martínez

“Se contradice con la idea de la explanada”

El consejero regional de la Cámara Chilena de la Construcción, Waldo Martínez Riquelme, manifestó su extrañeza con la idea de construir una “megapasarela” sobre la vía férrea en la Costanera, porque a su juicio, esa enorme estructura se contradice el diseño original de la “gran explanada verde” que constituye el Parque Central.
Martínez, ex jefe de Desarrollo Urbano del Minvu, explica que el plan seccional de Ribera Norte considera esta área verde como una réplica de la existente en el Campus de la UdeC, entre la Biblioteca Central y el Foro.
Sus dimensiones son las mismas: 400 metros de largo y 100 metros de ancho.
Plantea que así como a nadie se le ocurriría construir una pasarela sobre este prado de la UdeC, también resulta “extraño” que se quiera arruinar la antesala del futuro Barrio Cívico.
Waldo Martínez indica que en su opinión lo prudente sería postergar la decisión de la pasarela hasta no conocer el resultado del estudio de factibilidad del soterramiento de la vía férrea a que se comprometió el año pasado a ejecutar el gobierno.
“Para la ciudad, sin ninguna duda, que lo mejor es el soterramiento de la vía férrea.
Creo que se está dispuesto a esperar un poco para lograr eso”, añadió.
Pidió observar la experiencia de Viña del Mar, en que el Merval construyó hace dos años una línea subterránea, lo que cambió completamente la fisonomía del borde costero.
“Allí no sólo ganó el ferrocarril o los terrenos adyacentes, ganó la ciudad entera. El efecto que se gatilla es un revalorización del suelo urbano, que es lo mismo que se busca en el sector Ribera Norte de Concepción”.
En resumen, planteó Martínez, la megapasarela representa un elemento que permite la “continuidad funcional” del Parque Central, al entregar una estructura para atravesarlo peatonalmente.
Sin embargo, opina que aquí lo relevante, por las características de ese espacio público, que será la sede de la Intendencia, es la “continuidad espacial”.

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Concepción, Chile, viernes 13 de julio de 2007
Gobierno: millonaria estructura será “una obra de arte”

Serviu defiende pasarela y la compara con torre Eiffel


Servicio aseguró que se tratará de una “obra de arte” y recordó que también la estructura gala fue rechazada por la comunidad. Seremi Carlos Arzola confirmó que concurso de arquitectura definirá diseño de pasarela, que se mantendrá como un “mirador”.
Se mostró extrañado con la polémica por esta iniciativa, ya que estaba considerada en el “master plan” del programa Ribera Norte. El propósito de la obra es dar acceso peatonal al Parque Central, que quedará terminado a fines de este año.

Director regional del Serviu, Jaime Arévalo

Pasarela será “obra de arte” y símbolo de la ciudad

Seremi y director del Serviu lamentaron polémica por una obra que todavía no se diseña.

Por Nello Rolleri V.

Una comparación con la Torre Eiffel de París hizo ayer el director regional del Serviu, Jaime Arévalo, para explicar la necesidad de construir una gran pasarela peatonal en el sector de la Costanera.
-¿Para qué alguien va a subir diez metros, si después con el soterramiento se va a poder cruzar la calle con un semáforo? -Yo estoy de acuerdo contigo, pero lo que se está proponiendo con esta pasarela es una obra de arte, que no sólo resuelva el tema funcional de cruzar la vía férrea. Estamos hablando de aspectos arquitectónicos que tienen relación con la permanencia.
Este es un proyecto que considera cafetería, miradores(...) Se trata de crear una obra arquitectónica que se constituya en un símbolo de la Ribera Norte y de la ciudad, que tenga un valor agregado.
Si el día de mañana se materializa el soterramiento, esta obra va a tener un uso alternativo al mero hecho de cruzar la vía férrea.
-¿Qué responde a las críticas de arquitectos, como Waldo Martínez, que opina que una obra como esta rompe la continuidad del Parque Central?.
-El urbanismo normalmente tiene personas que están de acuerdo y otras que no. Es una cuestión de perspectivas y de cómo se mira el tema. Cuando se construyó en el 1900 en París la Torre Eiffel también era una locura... se dijo cómo se invertía esa cantidad de dinero en un mamotreto, que resultó ser el símbolo de París. Por lo tanto me parece muy respetable la opinión de Waldo Martínez, pero es parte de la dinámica del debate.
-¿No hay algún bosquejo o dibujo de lo que se pretende construir? -No, porque lo que estamos convocando hoy es eso, el diseño.
Lo importante es entender que esto es un espacio de permanencia y no sólo de tránsito.
El diseño deberá recoger eso a través de espacios, como cafetería, mirador y otros.

¿Pavimentos?


-¿No hay otras prioridades más urgentes para la ciudad, como arreglar las veredas y pavimentar calles? -Primero quiero decir que no estamos destinando $600 millones, sino sólo recursos para el diseño.
En segundo lugar, asignamos un monto de recursos para pavimentos participativos para la región que nos permitió financiar gran parte de los proyectos que estaban en lista de espera.
Además, estamos hablando de líneas de financiamiento que son totalmente distintas. En lo que corresponde a pavimentos hemos dado un gran paso a financiar los proyectos pendientes.
Este es un proyecto de gran interés para la ciudad, porque forma parte de Ribera Norte.

¿Decisión tomada?


-¿Construir la pasarela es una decisión tomada o todavía por decidir? Lo que tenemos hoy como decisión es asignar y adjudicar un diseño de una obra urbana que nos va a permitir avanzar en generar conectividad y lograr, de verdad, convertir a Concepción en una ciudad fluvial.
Esta es una demanda sentida de la ciudadanía, de ninguna manera se puede interpretar como desplazar otros proyectos, como pavimentos participativos.
-¿Invertir $600 millones en una pasarela no es dejar de lado el soterramiento? -Reitero que no son $600 millones. El diseño va a definir el valor de una pasarela de las características como la que estamos solicitando.

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Concepción, Chile, sábado 14 de julio de 2007
Alcaldesa insiste en críticas a “megapasarela”

“Me duele que la plata de todos los chilenos se gaste sin cargo de conciencia”

Jacqueline van Rysselberghe aseguró que gastar $600 millones en una pasarela, en un sector con tantas carencias, es“un pecado social”.

“Yo esto lo considero un pecado social. Me duele que la plata de todos los chilenos se gaste sin ningún cargo de conciencia en obras que nadie quiere, que no tienen el respaldo de la ciudadanía”.
Así lo planteó ayer la alcaldesa de Concepción, Jacqueline van Rysselberghe, quien se mostró sorprendida por los argumentos del director regional del Serviu, Jaime Arévalo, y del seremi de Vivienda, Carlos Arzola, para justificar la iniciativa de construir una megapasarela en el sector Costanera, para unir la Plaza de la Ciudadanía con el Parque Central.
Esta estructura tendría cerca de 200 metros de largo y más de 9 metros de altura, por el gálibo exigido por EFE para pasar por sobre la doble vía férrea. Además deberá salvar las avenidas Padre Hurtado y Pascual Binimelis.
La alcaldesa afirma que le parece “increíble” que se compare esta pasarela con la torre Eiffel.
Expresó que “lo que se pretende levantar aquí no es una obra de arte, ni un mirador, ni una torre, sino una pasarela peatonal, como tantas otras que hemos visto en la ciudad”.
Para Jacqueline van Rysselberghe, sin embargo, el problema no es sólo el problema estético de una pasarela de enormes dimensiones, “sino el costo que ello tiene”.
Planteó que en el sector de la Ribera Norte vive gente con grandes carencias materiales, que vive en mediaguas, en poblaciones “donde tienen que embarrarse todos los días, porque no hay pavimentos”.
En esas condiciones, afirmó, una pasarela de más de un millón de dólares aparece como “una burla” para los vecinos.
Con esos $600 ó $700 millones, dijo, se podría reparar todas las veredas rotas del centro de Concepción. Acusó que por cinco años consecutivos los proyectos municipales para arreglarlas no han sido financiados ni por el Minvu ni por el Gobierno Regional, argumentando falta de recursos-.
Añade que “tampoco hay plata” del gobierno para pavimentar las calles de la Costanera, ni para terminar el bulevar Barros Arana hasta la Plaza España.
“Pero para esta aberración urbana, sí hay plata”, concluyó la alcaldesa.

Vecinos están molestos

El presidente de la junta de vecinos número 5 del sector “Pedro del Río Zañartu”, José Villa Fierro, aseguró que los residentes del sector están molestos con el Ministerio de Vivienda, porque se han enterado a través del diario que se construirá una gran pasarela sobre la vía férrea, sin que nadie les haya consultado su opinión.
“¿Por qué no hacen un cruce a nivel en la línea férrea?”, planteó Villa, y se destinan esos recursos a las obras que durante muchos años han pedido los vecinos, especialmente la pavimentación de calles de tierra, que hoy están en pésimas condiciones en el sector Pedro del Río Zañartu, en la Costanera de Concepción.
“Como junta de vecinos lo que nosotros queremos es el soterramiento de la vía férrea.
Esa es la única solución que nos permitirá salir del aislamiento en que hoy estamos”, afirmó el dirigente.
Calificó la idea de una pasarela de 10 metros de altura como “un absurdo... ¿quién va a subir allí?. Los únicos que se aprovecharán de esta pasarela serán los delincuentes, para robar y arrancar”.


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Tendencias. Domingo 22 de julio de 2007.

Una “megapasarela” en la Ribera Norte de Concepción

La polémica idea del Minvu

La polémica que encendió el millonario proyecto del Minvu

La torre Eiffel, la pasarela y otras disputas urbanas

Una pasarela de un millón de dólares, para un sector donde el tránsito de peatones es inexistente.
La molestia se produjo porque lo que se esperaba era el anuncio del soterramiento de la vía férrea.
El director del Serviu asegura que se hará una “obra de arte” para la ciudad.

La falta de sensibilidad del Gobierno Regional a los temas que para los penquistas resultan claves e “intransables” es la conclusión de la polémica que se levantó esta semana, producto de la “megapasarela” que anunció el Ministerio de Vivienda para la Costanera.
Aunque la idea original del seremi Carlos Arzola y del director regional del Serviu, Jaime Arévalo, era precisamente sumar apoyo en el sector privado, cuando se invitó a la directiva de la Cámara Chilena de la Construcción a conocer la Plaza Bicentenario, el discreto anuncio de que se estaba convocando a las oficinas de arquitectura al diseño de una pasarela sobre la vía férrea, no dejó indiferente a nadie.
Ello porque pocos días antes el propio Arzola había confirmado que se estaba llamando a licitación para la factibilidad del soterramiento de la vía férrea.
Para los penquistas este último punto es la clave: el programa Ribera Norte lanzado por el gobierno de Eduardo Frei Ruiz- Tagle estuvo a punto de venirse abajo a mediados de la década de 1990 cuando la comunidad se dio cuenta que sólo se trasladaba en 100 metros la línea del tren, pero no se construía un trazado subterráneo.
Fue el compromiso de la autoridad de la época de que en un futuro no determinado, cuando el país dispusiera de los recursos necesarios, eso se haría.
Para ello se dejó la faja libre correspondiente en el respectivo plan seccional de la Ribera Norte.
Por eso que construir una pasarela con un costo superior al millón de dólares, que según el director regional del Serviu tendrá cafeterías y mirador, y que será un hito urbano, tal como la torre Eiffel de París, despertó la molestia de la comunidad, porque se considera una obra de esa magnitud como “definitiva” y un signo de que los estudios de factibilidad del soterramiento de la vía férrea -aunque cuesten casi 200 millones de pesos- son sólo un trámite.
La intendenta María Soledad Tohá, en una visita que realizó el año pasado al sector de las obras de la Plaza Bicentenario, manifestó su preocupación por esta falta de continuidad hacia el Parque Central, donde se ubicará el futuro Memorial de los Detenidos Desaparecidos, una obra que su tío Jaime Tohá ofreció a los familiares de las víctimas del régimen militar.
Un factor adicional a sumar en esta encrucijada urbana es la intervención de la alcaldesa Jacqueline van Rysselberghe, que asumió el liderazgo en contra de la iniciativa, lo que de inmediato fue leído en el Minvu como un intento de “politizar un tema puramente técnico”.
El punto en contra a ese argumento es que al consultar precisamente a los “técnicos”, incluyendo a arquitectos urbanistas de reputación en la ciudad, como Waldo Martínez, quien para más abundamiento es ex jefe de Desarrollo Urbano del Minvu en el gobierno de Frei Ruiz-Tagle, las opiniones son demoledoras en contra de la idea de una “megapasarela”.
Martínez explica que cuando se diseñó el reordenamiento del ex patio de maniobras de la ex Estación Central de Ferrocarriles, lo que se planificó fue una gran área verde entre la futura Intendencia (que ocupará ese edificio) con el río Biobío.
Para ello se diseñó el Parque Central de las mismas dimensiones que la explanada verde que existe en el Campus de la UdeC: 400 metros de largo por 100 metros de ancho.
Esa gran superficie permite resaltar el Foro y su campanil.
Se trata del mismo efecto que se pretente lograr con la futura Intendencia y el Barrio Cívico.
Lamentablemente, pese a que han transcurrido 13 años desde que comenzó esa transformación urbana, la más importante de Concepción en las últimas décadas, no se ha logrado cumplir con el soterramiento de la vía férrea, explica Martínez.
Sin embargo, el plan está concebido para que en algún momento del futuro eso ocurra.
Por esa razón, plantea que lo mejor es esperar que se terminen los estudios de factibilidad antes de tomar la decisión de construir una obra que “solucione” el problema, como la pasarela.
Waldo Martínez indica que una estructura metálica de grandes dimensiones en el campus de la UdeC es algo inconcebible y lo mismo vale para la Ribera Norte.

“Se ensucia ese espacio”

El decano de la Facultad de Arquitectura de la UdeC, Bernardo Suazo, conoce bien el programa Ribera Norte.
Fue el sucesor de Juan Pablo Gramsh como arquitecto jefe de esa coordinación, cuando todavía era un programa del Minvu con financiamiento del programa Hábitat de Naciones Unidas.
Suazo explica que el tema del atravieso de la línea férrea “siempre ha tenido dos alternativas: el primero es que sobre la línea férrea se instalaba la nueva Estación Central de Concepción, con locales comerciales y otros equipamiento; el segundo, de que se producía el soterramiento de la vía férrea, entonces se construiría una estación subterránea, similar a la Estación U. de Chile del Metro de Santiago”.
Ninguna de esas dos alternativas es lo que hoy está ofreciendo el Minvu, sino algo mucho más precario e insatisfactorio para la ciudad: una pasarela de grandes dimensiones, que a juicio de Suazo lo único que generará es “un corte espacial” del Parque Central que instalará un elemento que va a “ensuciar” el espacio urbano del sector.
Suazo, quien también es presidente del Comité de Urbanismo del capítulo regional de la Cámara Chilena de la Construcción, expresa que una mínima prudencia sería esperar a conocer el resultado de los estudios de factibilidad del soterramiento de la vía férrea que recién está licitando el Minvu y esperar a que se definan los planes de inversión de EFE para el resto de la década.
“Si no sabemos qué va a decir el estudio de factibilidad, entonces es apresurado decidir ahora la construcción de una pasarela”, indica Suazo, aunque sea considerada una estructura provisoria.
Si lo que se quiere es una solución temporal al problema de la continuidad espacial del Parque Central y la Plaza Bicentenario, lo más razonable es construir un paso peatonal a nivel, utilizando la mejor tecnología de seguridad disponible en el mundo, lo que costará una fracción de los 600 millones de pesos destinados a la pasarela.
“Hay que tener una visión urbana y arquitectónica” del plan global de Ribera Norte, afirma el académico. Añade que se puede hablar de una pasarela de muy buen estándar, con un mirador y otros elementos, sin embargo, “eso no significa que sea una buena solución urbana”.
Más allá del tema estético de esta mole, para Bernardo Suazo es muy difícil que se convenza a la gente de que debe subir a una altura equivalente a un edificio de tres pisos para llegar hasta el Parque Central.
Insiste en que “no se puede hipotecar” el soterramiento con ninguna obra, por pequeña que sea. “Lo inteligente de Ribera Norte es que se dejó el espacio para ello... no hipotecó el futuro”.

Minvu apuesta por un mirador al río Biobío

“Inútil y monstruosa”. Así calificó la Academia Francesa de Bellas Artes el proyecto que el ingeniero Gustavo Eiffel comenzó a construir en julio de 1887.
Fue tal el rechazo de la comunidad parisina a esa torre, que sólo se pudo construir con el compromiso que sería desmantelada después de la Exposición Universal del año 1889.
La comparación la realizó el director regional del Serviu, Jaime Arévalo, y aunque pudiera parecer descabellada, existen puntos en común entre la “megapasarela” y la Torre Eiffel: ambas se instalan en una explanada, sirven de mirador de la ciudad y tienen cafetería y restaurante.
¿Se transformará la enorme pasarela peatonal, encima de la vía férrea, en un hito urbano y un nuevo atractivo turístico de Concepción?.
Para el presidente de la junta de vecinos del sector Pedro del Río Zañartu, José Villa Fierro, eso resulta difícil de creer. Recuerda que el sector es peligroso, debido a los frecuentes asaltos. “¿Para qué otra cosa puede servir una pasarela sobre la línea del tren, sino para fomentar los suicidios y los robos?, plantea.
Recuerda que el sector tiene campamentos y muchas calles sin pavimentar.
Para el dirigente vecinal si el Minvu dispone de $600 millones para gastar en la Costanera, lo más democrático es que le pregunte a los dirigentes vecinales cuáles son las prioridades y luego decida.
Claudia García Lima, la presidenta regional del Colegio de Arquitectos, relata que llegó hace 10 años desde Brasil a vivir a Concepción. Y lamenta que desde esa fecha hasta ahora se mantenga la misma discusión sobre el soterramiento de la vía férrea, sin que se produzcan avances.
La profesional se muestra asombrada porque la discusión se distraiga en otros problemas y no se vaya al centro: “¿Qué es lo que queremos?, que la ciudad vaya al río Biobío, ¿cierto?.
Entonces la pregunta es si con una pasarela peatonal sobre la vía férrea lograremos eso. Y yo creo que no, que esa no es la solución”.
Para García Lima el consenso de la ciudad es que la solución es el soterramiento de la vía férrea y hacia allá deben apuntar los esfuerzos.
El proyecto del Minvu de una pasarela, “como idea, me parece desafortunada e impropia, urbanísticamente hablando”.
Añade que los “agregados” con que se quiere hacer más atractiva la idea de la pasarela, como los cafés, restaurantes y el mirador, no hacen cambiar su impresión de que es “una mala idea”.
Para la arquitecta brasileña, lo razonable es que el Minvu reevalúe este proyecto, considerando las opiniones de los gremios y de la comunidad penquista.

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Concepción, Chile, sábado 21 de julio de 2007
Confirmó seremi Arzola

Megapasarela no va este año: Minvu acepta postergar proyecto

En la reunión del Directorio Urbano realizada en la Municipalidad de Concepción se acordó formar comisión técnica para evaluar problema.

Arquitectos fueron cuidadosos en sus críticas al Minvu, pero el consenso es que se prefiere esperar al soterramiento de la vía férrea.

El diseño y la ejecución de una pasarela en la Costanera se posterga, a la espera de una definición sobre el soterramiento de la vía férrea.
Este fue el acuerdo que logró ayer el Ministerio de Vivienda, representado por el seremi Carlos Arzola, ante los representantes de la comunidad penquistas reunidos en el Directorio Urbano en la Municipalidad de Concepción.
Arzola aceptó la propuesta que le hizo la Cámara Chilena de la Construcción, a través de Bernardo Suazo, que le pidió diferir este proyecto que, sin emitir un juicio de valor sobre la pasarela, pidió una evaluación conjunta entre el sector público y privado de todas las alternativas posibles para unir a la Plaza Bicentenario con el Parque Central.
“No se trata de abanderizarse por una u otra solución”, afirmó Suazo, sino de discutir en forma técnica qué es lo mejor para la ciudad.
El tono ponderado de Suazo fue imitado por los demás asistentes a la reunión, incluyendo a los dirigentes vecinales del sector, quienes en forma muy prudente mostraron su perplejidad por la idea de una pasarela de esas dimensiones, que según el arquitecto asesor de la municipalidad, Sergio Baeriswyl, no debía medir menos de 250 metros de longitud.
El profesional en su exposición planteó que para el municipio el tema de la pasarela resultaba sorpresivo, porque el plan seccional de la Ribera Norte, dictado a principios de la década, con acuerdo del Ministerio de Vivienda y del Gobierno Regional, establece para ese sector un paso peatonal bajo nivel.
Baeriswyl planteó la conveniencia de construir un paso peatonal a nivel en el sector, como ya existe un atravieso en el interior de la Estación Concepción del Biotrén.
Otra idea que formuló fue la de habilitar, en forma provisoria, hasta que se produzca el soterramiento de la vía férrea, la continuidad de la avenida O´Higgins hacia la Costanera.
La coordinadora del programa Ribera Norte, Ana María Arzola, explicó que la iniciativa consideraba una estructura que no sólo sirva para atravesar peatonalmente la vía férrea y las avenidas Padre Hurtado y Pascual Binimelis, sino que sirva también como mirador, e incluso se plantea la idea de asociarla a un café y restaurantes.
Respecto al costo que tendría la estructura, cercano a $600 millones, planteó que se trata de recursos que el propio programa genera a través de la venta de terrenos.
La necesidad de unir peatonalmente ambos espacios públicos surge de la expectativa de que pronto se inicie la construcción de importantes proyectos inmobiliarios en el área.
El Serviu tiene aquí a la venta dos grandes paños de terreno, cada uno de 378 mil metros cuadrados, uno a cada lado del Parque Central, los que permitirán construir varios complejos de edificios, aledaños a la nueva Intendencia y que tendrán vista al río.

domingo, julio 08, 2007

Diario EL SUR. Concepción, Chile, lunes 29 de enero de 2007

EDITORIAL

Viviendas dignas

Los gobiernos de la Concertación han disminuido el déficit habitacional casi a la mitad. Sin embargo, la ciudadanía demanda soluciones sociales de calidad y que eviten la segregación.



En la última semana se conoció el acuerdo entre un grupo de 80 familias que viven en el sector Michaihue de San Pedro de la Paz y el Ministerio de Vivienda, para que los residentes en cuatro pabellones de departamentos con serias deficiencias de construcción se trasladen a otros conjuntos, algunos ya construidos y otros que serán levantados en los próximos meses.
El Ministerio de Vivienda ha dicho que aún no ha decidido el destino de esos cuatro pabellones, pero las alternativas son: demolerlos, desarmarlos y reconstruir los departamentos para otros beneficiarios, reacondicionarlos para otros usos, incluyendo sede social y comunitaria.
Se trata de un triste epílogo de una crisis por la mala calidad de la construcción de la vivienda social que se produjo entre los años 1999 y 2000, que fue famosa por los casos de las casas “Copeva”, también conocidas popularmente como casas “nylon” o “chubi”, que generaron un escándalo político de proporciones y que llevaron a reformular las normas y políticas sectoriales.
Pese a que han transcurrido más de seis años desde ese episodio, las consecuencias de esas malas decisiones las siguen pagando todos los chilenos, a través de los costos que significan para el Fisco las reparaciones y en algunos casos demoliciones, como las que ya se han ejecutado en Santiago y Temuco. Estos costos también los pagan las cerca de cinco mil familias de la Región del Biobío, que desde esa época habitan viviendas cuya calidad no se condice con un esfuerzo realizado por el Estado hace apenas un lustro.
Cualquiera que sea la decisión que el Ministerio de Vivienda tome sobre los departamentos de Michaihue, ésta será cuestionada. Si los demuele, se criticará la pérdida de recursos públicos, malgastados en viviendas que no alcanzaron a durar una década, considerando que todavía en el país hay personas viviendo en la calle o en campamentos. Si los repara, se pondrá en duda la racionalidad económica de asumir un costo alto comparado con edificar una solución completamente nueva. Si no hace nada, esos pabellones se transformarán en un monumento al despilfarro y en poco tiempo serán ocupados ilegalmente, con problemas de delincuencia y conductas antisociales que empeorarán aún más la calidad de vida en el barrio.
En el otro lado del vaso, las viviendas sociales que ha entregado en el último año el gobierno en la región, a través de programas como Chile Barrio, se caracterizan por su buena calidad y el alto nivel de satisfacción que han generado en esas familias. Fue notorio que durante los temporales del invierno 2006, mientras vastos sectores medios de Concepción sufrieron por las inundaciones, las viviendas recién entregadas en sectores como San Pedro de la Costa resistieron sin faltas las inclemencias climáticas.
En una mirada más amplia, es justo reconocer que los gobiernos de la Concertación han permitido disminuir a casi la mitad el déficit habitacional que en 1990 alcanzaba a más de 900 mil familias sin casa. Para 2005, la tenencia de vivienda propia alcanzó a un 73% de las familias. Pero, como lo ha señalado la Presidenta Michelle Bachelet, los desafíos en vivienda y planificación urbana hoy son distintos a los de hace una década.
La comunidad demanda viviendas en zonas urbanas de calidad y que eviten la segregación. Eso requiere mejorar los barrios y sus espacios públicos, incluyendo plazas y parques.