martes, septiembre 20, 2005

"Chaqueta amarilla" está amenazada por convivencia


Peligrosa avispa

·Proyecto que desarrolla la Controladora de Plagas Forestales junto al Inia-Quilamapu, espera controlar esta molesta plaga de los campos chilenos.

Pican y muerden. Así son las "véspula germánica", más conocidas como avispas "chaqueta amarilla", que en las últimas décadas se han transformado en una plaga en los campos de la zona centro-sur del país.
Cualquiera que haya intentado hacer un picnic o un asado conoce de la agresividad de este insecto, que se caracteriza por su gusto por la carne y la fruta madura. A diferencia de las abejas, no sólo pican una vez con su aguijón venenoso, sino que pueden picar muchas veces y también morder.
Los efectos negativos de esta plaga, originaria de Europa, no sólo significan un perjuicio para las actividades recreativas -especialmente para los niños, que pueden sufrir graves reacciones alérgicas- sino que en Chile representan un daño para el turismo, la agricultura, ganadería y también para las faenas forestales.
Los trabajadores de este último sector sufren los embates furiosos de las chaquetas amarillas cuando realizan labores de poda y raleo, pero especialmente son un dolor de cabeza durante los incendios forestales, ya que sus grandes nidos subterráneos literalmente "explotan" en estos casos y atacan a los brigadistas, que no pueden continuar combatiendo el fuego.
Por esta razón es que las chaqueta amarilla definitivamente fueron "amenazadas por convivencia" por el sector forestal, que a través de la Controladora de Plagas Forestales (CPF) con sede en Los Angeles, se asoció con el Inia-Quilamapu (dependiente del Ministerio de Agricultura), con el apoyo de Innova Biobío (Corfo), para desarrollar un novedoso proyecto de control biológico, que espera dar sus primeros frutos el próximo año.
La inversión en este proyecto alcanza los 89 millones de pesos, aportados en partes iguales por Innova Biobío (50%) y por CPF-Inia Quilamapu.

Más eficaz que pesticida: En la búsqueda del hongo aliado


El control biológico de plagas, explica Osvaldo Ramírez Grez, ingeniero agrónomo y gerente de CPF, es la respuesta que satisface los requerimientos ambientales y económicos del sector forestal.
A diferencia del sector agrícola, que gasta cuantiosos recursos en pesticidas, que aplica en un religioso calendario anual, el control biológico supone una mayor inversión inicial en investigación, para determinar cuál es el agente natural que ataca a la plaga, reproducirlo en laboratorio, y luego aplicarlo en los árboles.
El ejemplo más exitoso de esta estrategia es el control que realizó CPF en la década pasada de la "polilla del brote" (Rhyacionia buoliana) que podría haber resultado catastrófica para la silvicultura. Sin embargo, la utilización de la avispa Orgilus obscurator, permitió que hoy esté completamente bajo control.
Ramírez asegura que hasta ahora la chaqueta amarilla es combatida en todo el mundo utilizando cebos con pesticida. Sin embargo, además de su escasa eficacia, existe el riesgo de afectar a otras especies de insectos considerados benéficos, como la abeja doméstica.
En el proyecto CPF-Inia la estrategia ha estado enfocada en la búsqueda de un hongo, que resulte aliado del hombre para combatir esta avispa carnívora, explica Claudio Goycoolea Prado, jefe del centro de transferencia en fitosanidad forestal de CPF.
Un elemento a considerar es la semejanza que existe entre la chaqueta amarilla con otra avispa, llamada "polistes papelera", que sólo se diferencia por el color amarillo de las antenas, porque es menos agresiva y porque construye sus nidos en forma aérea, es decir, en las ramas de los árboles.

Indagaciones desde 2003

El trabajo que se ha desarrollado desde el año 2003 y que deberá concluir a mediados del próximo año, ha sido extremadamente complejo por la dificultad que ha significado criar en forma artificial a la chaqueta amarilla. Pese a los intentos por apaciguar los nidos con anhídrido carbónico, ha sido frecuente que los investigadores resulten picados y mordidos por las avispas en los laboratorios.
La laboriosa tarea ha consistido en recolectar en terreno avispas (adultas y larvas) muertas por hongos, para luego reproducir sus esporas a gran escala. Hasta ahora se ha obtenido un éxito con parasitismo que bordea el 90% en hongos que han sido colocados en cebos de miel, carne de pollo, carne de pescado y -curiosamente- cabezas de avispas.
Una vez que se aumente la eficiencia y se perfeccione la técnica, esta será patentada para comenzar a aplicarla en forma masiva en el sector rural. En el caso de las empresas forestales a través de CPF y en los predios pequeños y fiscales por el SAG.
Osvaldo Ramírez manifiesta su optimismo porque en los próximos años, así como se controló la polilla del brote, la avispa taladradora de la madera de pino, el gorgojo de los eucaliptus, el psilido del eucalipto y las avispa de las salicáceas, entre otras plagas, también se logre controlar en Chile a la chaqueta amarilla.

Orígenes en Europa


Las primeras véspula germánica fueron detectadas en Chile en el año 1974, sin embargo, desde esa fecha se han extendido ampliamente y sus nidos subterráneos hoy se encuentran desde la Tercera hasta la Undécima regiones. Son originarias de Europa, parte de Asia y Africa del Norte. Están consideradas una plaga en Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelandia y Australia. En esos países se han desarrollado sistemas de controles biológicos, pero aplicados en Chile su efectividad ha sido baja, entre el 20 a 30%. Por eso urge encontrar un hongo controlador "nacional", que sea más efectivo. En eso trabajan investigadores de la CPF, que fue creada en 1992 por las 13 principales empresas forestales de la región. Se ubica en Los Angeles, donde se encuentran sus oficinas y laboratorios.

*Publicado en EL SUR. Sábado 17 de septiembre de 2005.

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