martes, febrero 21, 2006

Las diez obras que Lagos no entregará



Tareas pendientes en la Región del Biobío



Detrás de la gran cantidad de proyectos de obras públicas que se inauguraron en los últimos meses quedó una importante cartera pendiente. Se trata de iniciativas que están en carpeta desde la década pasada como la conexión San Vicente-Talcahuano, rotonda Bonilla, el traslado del peaje Chaimávida, bypass Penco, avenida Jorge Alessandri, cárcel El Manzano II, embalse Punilla, Ruta 160, última etapa de canal El Morro y el Tercer Puente sobre el río Biobío.


Por Nello Rolleri Veloso
Ilustración: Sebastián Burgos V.

El Presidente Ricardo Lagos dejará al menos diez grandes proyectos de obras públicas pendientes en la Región del Biobío. Se trata de iniciativas que conoce bien, porque estaban desde su época como ministro de esa cartera, pero que por diferentes razones han quedado postergadas, retrasadas y en espera de adjudicación, incorporadas a otras iniciativas por concesión, o incluso -después de haber comenzado a ejecutarse- entrampadas en litigios con las empresas contratistas.
El sector privado de la construcción reconoce que el avance en materia de infraestructura en los gobiernos de la Concertación ha sido profundo y destaca el enorme salto que significó el mecanismo de concesiones para la modernización del país.
Los proyectos materializados en el período 2000-2006 en la Región del Biobío son cuantiosos y se valora especialmente la mejora del acceso a los puertos y la pavimentación de las cabeceras comunales faltantes como San Fabián de Alico, Portezuelo y Ñipas, con la sola excepción de San Rosendo.
Sin embargo, existe preocupación ante la limitada cartera de proyectos con que se inicia este año, lo que tiene efectos negativos para las empresas contratistas locales y también para el empleo. Por eso, las expectativas para marzo son muchas, porque se espera que la Presidenta Michelle Bachelet y su futuro ministro de Obras Públicas, Eduardo Bitrán Colodro, definan las incertidumbres de los proyectos a los que Ricardo Lagos no dará el corte de cinta.

Los avanzados

El bypass Penco, el canal El Morro de Talcahuano y la Ruta 160 son ejemplos de proyectos que están avanzados, listos para concretarse. El primero es la obra de vialidad más esperada de la comuna de Penco, que consiste en un desvío de tres kilómetros de la actual Ruta 150 Concepción-Tomé y que permitiría sacar el tránsito de camiones hacia el Puerto de Lirquén del centro de la ciudad. La inversión requerida bordea los 20 millones de dólares.
Fue el acuerdo con esta última empresa privada uno de los factores que más demoró para materializar esta obra. Ahora, luego de un financiamiento conjunto entre el puerto, el MOP, el Gobierno Regional y el municipio, las obras están próximas a iniciarse. Sólo falta finiquitar las expropiaciones y esperar que Contraloría tome razón del respectivo contrato, según lo explicó el seremi del ramo, José Luis Larroucau.
El caso del canal El Morro de Talcahuano constituye uno de los mayores orgullos del gobierno, por el significativo efecto que tuvo en la descontaminación del sector. La inversión realizada supera los 5 millones de dólares. Sin embargo, la obra está incompleta, porque falta la tercera fase y final, consistente en los enrocados del costado norte del canal, para lo cual se requieren otros 3 millones de dólares. Concluir estos trabajos implica una modificación del diseño de ingeniería original, ante la aparición de la Ruta Interportuaria Penco-Talcahuano.
La concesión de la Ruta 160, Concepción-Curanilahue, también es un proyecto que debería ser definido este semestre, luego de varios años de estudios.
Se trata de una doble calzada y terceras pistas que la Provincia de Arauco requiere para avanzar en su desarrollo y cuya rentabilidad se justifica por el tránsito forestal. Aquí se pide “a gritos” un bypass a Lota y un gran paso a desnivel en Carampangue.
La ubicación del futuro peaje ya está definida hace años en el MOP: el sector Chivilingo, algunos kilómetros al sur de Lota. La inversión a realizar mediante la concesión a privados superaría los 100 millones de dólares.

Quieren dinero

La conexión San Vicente-Talcahuano, el mejoramiento de la rotonda Bonilla de Concepción y el traslado del peaje de Chaimávida son antiguos proyectos de vialidad penquista que no logran materializarse.
La razón: la falta de recursos. Los tres tienen sus diseños de ingeniería terminados desde hace varios años y responden a viejas demandas de la comunidad.
El primero permitirá la conexión directa de la concesionada Ruta Interportuaria con los terminales de San Vicente y Talcahuano, disminuyendo los riesgos en el tránsito urbano, con un gran paso sobrenivel en la avenida Colón y la vía férrea. La inversión estimada supera los 10 millones de dólares.
En el caso del traslado del peaje de Chaimávida, - que permitiría la expansión urbana de Concepción y liberaría a la comuna de Florida del peaje con su capital provincial-, la promesa de levantarlo pasa ahora por un nuevo proyecto. Este consiste en la concesión de la ruta Concepción-Cabrero, en que la empresa de capitales españoles Sacyr ha manifestado interés en adjudicársela. Se trata de una doble calzada de 78,8 kilómetros, que requiere una inversión de 130 millones de dólares.
La rotonda Bonilla -actualmente el punto de mayor congestión urbana de Concepción- también está a la espera de una definición de esta futura concesión.
El proyecto Concepción-Cabrero debería significar, además, un mejoramiento del deteriorado camino a Bulnes.

Faltan acuerdos

Terminar la cárcel El Manzano II, el mejoramiento de la avenida Jorge Alessandri y el embalse Punilla son proyectos que están detenidos porque faltan algunos acuerdos básicos con el sector privado.
El primero es el más dramático.
Mientras la situación de hacinamiento en el penal empeora, no hay señales que el desacuerdo entre el MOP y el consorcio BAS (formado por las empresas Besalco, Torno y Sodexho) vaya a ser superado en breve. Este mes se cumplirá un año de la paralización de obras valoradas en 25 millones de dólares. Una serie de mecanismos de superación de controversias previstos en la ley de concesiones han sido activados; sin embargo, el tema debe resolverse en Santiago.
Menos complejo, pero igualmente difícil, ha sido llevar a puerto el mejoramiento de la avenida Jorge Alessandri, con doble calzada hasta el aeropuerto Carriel Sur, con una inversión estimada superior a los 10 millones de dólares. Los acuerdos que están pendientes por años incluyen a los nuevos desarrollos inmobiliarios del sector, pero especialmente al área comercial instalada en el trébol.
Aquí se han desarrollado varios anteproyectos y diseños de ingeniería, algunos con complicados pasos superiores, pero sin que se todavía el sector público y privado se pongan de acuerdo sobre cómo financiarlo conjuntamente.
En el embalse Punilla, en la precordillera de Ñuble, la situación debería quedar despejada a fines de año, una vez que se presenten los estudios de impacto ambiental complementarios que exigió la Conama, para resolver los temas de relocalización de familias que exige el proyecto. Esta iniciativa consiste en un embalse destinado al riego de 20 mil hectáreas, pero que incluye en forma complementaria un proyecto de generación hidroeléctrica de tamaño mediano (90 MW), lo que mejora la rentabilidad de la inversión, que se estima en 190 millones de dólares.

En los sueños

Finalmente, un proyecto que aparece dibujado hace 40 años en los planos de Concepción, pero que todavía no tiene visos de transformarse en realidad, es el tercer puente sobre el río Biobío, también conocido como el “puente industrial”. Se trata de un viaducto emplazado más cerca de la desembocadura que el actual Puente Juan Pablo II, para conectar en forma directa a la Ruta 160 desde Coronel con el área portuaria e industrial de Talcahuano, en el eje Gran Bretaña.
Esta iniciativa contribuiría a mejorar la seguridad vial de zonas urbanas de San Pedro de la Paz, además de favorecer el desarrollo industrial de Talcahuano. En este caso no existen todavía estudios de ingeniería preliminares, pero se estima que la inversión requerida llegaría a los 100 millones de dólares.
Con estos diez proyectos no se terminan las necesidades pendientes de la región. Entre las metas que se impuso el propio gobierno para el Bicentenario está la Ruta Costera, que requiere de siete millones de dólares para consolidar una vía en entre Cobquecura y Pichilemu por el norte para unir las Octava y Novena regiones; y una cifra similar para otro tramo que uniría Tirúa y Queule, por el sur.
En los próximos años, además, se deberá mejorar en forma integral la Ruta del Conquistador entre Tomé y Coelemu, para lo cual se requieren cerca de 21 millones de dólares.
También está pendiente una solución para la ruta 150, con ideas como un bypass a Lirquén.
Los grandes progresos alcanzados en la última década no deberían hacer olvidar las enormes deficiencias históricas en infraestructura.
Basta considerar que de la red caminera regional, de 13 mil kilómetros, sólo el 15% tiene pavimento. El 57% son vías de ripio, mientras el 28% restante son caminos de tierra. Un contraste que para algunas familias puede significar la diferencia entre poder enviar a sus hijos a la escuela en inverno o llegar al hospital a tiempo en una emergencia.

Biovías II: La promesa de Bachelet


En los últimos dos años del gobierno de Ricardo Lagos se ejecutó una de las mayores transformaciones en materia de transporte del Gran Concepción, que fue el proyecto Biovías, con una inversión de 130 millones de dólares.
La iniciativa busca integrar los sistemas de transporte público urbano del bus y ferrocarril, además de ofrecer más facilidades para automovilistas, ciclistas y peatones.
Aunque todas las obras ya están terminadas, para su operación faltan piezas importantes, como los buses de acercamiento y la integración tarifaria. Los alcaldes y la comunidad también han demandando la extensión de Biovías hacia cuatro comunas faltantes del Gran Concepción: Penco, Tomé, Coronel y Lota, donde no se realizó ninguna obra.
Michelle Bachelet se refirió a este tema en su campaña y aseguró la continuidad de Biovías en su programa. Está por verse cómo asignará a la Empresa de Ferrocarriles del Estado esta nueva responsabilidad.

*Domingo 19 de febrero de 2006. Tendencias. Diario El Sur.

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