miércoles, febrero 22, 2006

Lagos pone fin a su programa para los campamentos


Chile Barrio



* Una inversión inédita de 280 millones de dólares en la Región del Biobío permite entregar viviendas dignas a familias de extrema pobreza.
* Primer Mandatario dará hoy el vamos al traslado del campamento del cerro San Miguel de Talcahuano, que se va a San Pedro de la Costa.


La tarea está cumplida, pero todavía falta por hacer. Aunque parece una contradicción, en realidad no la hay.
El Presidente Ricardo Lagos llegará hoy hasta Talcahuano para dar por cumplida su meta de terminar con los 972 campamentos que existían en Chile, de los cuales un tercio (291) estaba en la Región del Biobío. Eso sí, según un catastro realizado el año 1996.
Desde esa fecha hasta hoy, esas familias -como es natural- se han multiplicado y los entonces adolescentes, ahora son padres de familia, que no pueden trasladarse a las nuevas viviendas de sus padres y que en muchos casos deben conformarse con seguir en el mismo lugar, en precarias condiciones.
La tarea de Chile Barrio, sin embargo, es evaluada como exitosa.
Se trató de una inversión de 280 millones de dólares sólo en Octava Región, concentrada en las comunas del Gran Concepción. Sólo en los últimos tres meses cerca de cinco mil familias se han trasladado a sus nuevas casas.
Se trata de un fuerte impacto en la calidad de vida de esas personas, que durante décadas vivieron en la marginalidad, en terrenos inundables e insalubres, a menudo rodeadas de basurales.
Para la ciudad el cambio ha sido notorio. De la noche a la mañana Concepción ha visto como desaparecen estas mediaguas a la orilla de lagunas, empinados cerros, a la orilla de la vía férrea y de avenidas. A la sorpresa inicial sigue la molestia de los vecinos, por los escombros y los muebles viejos que quedaron abandonados.
También surgen nuevos desafíos para las comunas que reciben a estas familias, como San Pedro de la Paz, que ha visto como su población aumenta en tres mil familias en pocos meses. Ello significará una mayor demanda por transporte, colegios, liceos y centros de salud.
Para los recién llegados la esperanza es que la casa propia y el nuevo barrio les signifique también una plena integración a la sociedad de la cual sienten legítima pertenencia, especialmente en el ámbito laboral. Al conversar con ellos se aprecia su firme voluntad de surgir, a que “nunca más” deban volver al barro y la vida indigna del campamento.

Los terrenos que quedarán desocupados

Agüita de la Perdiz, Palomares, Collao 1900 y laguna Las Tres Pascualas, son algunos de los sectores de Concepción en que se desocuparán terrenos municipales, que durante décadas estuvieron ocupados en forma irregular por campamentos y cuyos espacios quedarán liberados con el programa Chile Barrio.
La alcaldesa Jacqueline van Rysselberghe señaló que en esos casos, pese a recuperarse una importante superficie, la prioridad del municipio es que esas áreas no vuelvan a ser “tomadas” y que se destinen a lo que la comunidad requiere: áreas verdes y equipamiento.
La jefa comunal indicó que esperaba que Chile Barrio cumpla con su obligación de sacar los escombros, desratizar, clausurar los pozos negros y cercar los terrenos que están siendo desocupados.
Ninguno de estos sitios tiene aptitud habitacional, debido a que se ubican en sectores de riesgo, ya sea por inundación, deslizamiento de terrenos o porque se emplazan sobre un antiguo basural (como en el caso de Collao 1900). Estas condiciones fueron las que obligaron a Chile Barrio a trasladar a esas familias a otro sector.
Lamentablemente, indicó Jacqueline van Rysselberghe, tal como pasó en la Costanera y en el campamento La Pera, en todos los casos quedan algunas pocas familias habitando en esos terrenos, por lo hay una tarea pendiente para la ciudad.

Testimonio de familias: “Estamos felices de llegar aquí”

Los camiones con pintura de camuflaje del Regimiento Chacabuco han cruzado incesante mente la ciudad durante los últimos días. Pero no se trata de un ejercicio militar, sino de una mudanza, a la que el Ejército ha prestado su colaboración.
Los militares, incluyendo mujeres uniformadas, han cargado camas, refrigeradores, cocinas y todo tipo de enseres, para un millar de familias que comienzan una vida nueva en San Pedro de la Costa.
Porque no se trata de una simple mudanza. Para estas familias es la definitiva, la que las lleva a la casa propia, que anhelaron durante muchos años.
Mirna Astudillo Pereira es una de las dueñas de casa que se declara “agotada” por el trabajo de trasladar sus enseres, pero muy contenta de estar en este cambio.
Explica que proviene del campamento cerro Estanque, cerca de la población Teniente Merino II de Talcahuano, donde vivió los últimos 13 años, aunque nació en Ñipas.
Lo único malo que encuentra de su nueva casa es que “se demoró mucho”. Afirma que desde hace dos años que estaban a la espera que las viviendas fueran terminadas y los plazos se postergaron varias veces.
Explica que tiene dos niños, que este año ingresan a 7º básico y 2º medio. El menor irá al colegio que está recién construido en el mismo sector, a pocas cuadras, sin embargo, el mayor deberá viajar a estudiar hasta Concepción.
Concluye con un llamado a las autoridades para que “no se olviden de nosotros”, porque indica que todavía requieren apoyo para salir adelante.
Juan Oñate Torres, junto a su esposa María Toledo Mora, explica que provienen del campamento Santa Laura de Chillancito, en Concepción. En ese sector, aledaño al puente Andalién, sufrían cada invierno por las inundaciones y su bienestar dependía si el río estaba “mañoso” y si se desbordaba o no.
Con su nueva casa, pese a que son una familia de seis integrantes, declaran que están “muy agradecidos”.
Añaden que aunque recién están conociendo la casa “dinámica sin deuda”, se hallan muy satisfechos por la calidad de sus materiales y lo sólida que se aprecia.
Margarita Andrade García, de 36 años, explica que es “madre soltera” y que junto a su único hijo Issac Jacob Rojas Andrade (7) están felices porque por fin tienen cada uno su propio dormitorio. Toda su vida vivió de allegada en la orilla del río Andalién, explica, donde cada invierno sufría las inundaciones y el barro. Sin embargo, ahora deberá continuar frecuentando ese sector, porque allí está su única fuente de sustento: una cantera donde se realizan trabajos de artesanía en piedra. Respecto de su nueva casa, indica con emoción que “es más linda de lo que imaginaba”.
Leila Inostroza Muñoz llega de Boca Sur, en la misma comuna de San Pedro de la Paz. Antes, sin embargo, estuvo en otro campamento en el sector de Nonguén.
Declara que está muy contenta que por fin, después de 25 años, tiene su casa propia. Convencida afirma que su vivienda se la trajo “la democracia”.

Casas de 290 UF

El traslado que se realiza esta semana al sector San Pedro de la Costa, ubicado en el camino San Pedro de la Paz a Coronel, involucra a 850 familias.
Los beneficiados son familias que no están en condiciones de pagar dividendos. El programa les entrega una casa de 290 UF, de la cual sólo deben cancelar 10 UF (cerca de 180 mil pesos) para ser propietarios.
Las casas son de dos pisos, pareadas, con una superficie construida de 50 metros cuadrados, de los cuales 30 m2 son en albañilería reforzada. En el primer piso tienen un estar-comedor, cocina con calefón,un baño completo, un dormitorio y escalera que comunica con un segundo piso. Este último, de 20 m2, está construido en tabiquería de madera y los dos dormitorios deben ser terminados por los beneficiarios.

* Miércoles 22 de febrero de 2006.

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